El sudor es una reacción del cuerpo cuando se enfrenta al calor, estrés, esfuerzo físico y otros estímulos. La pérdida de agua puede provocar que la piel pierda humectación y minerales esenciales.
La eliminación de toxinas a través de la transpiración se da cuando el cuerpo necesita regular la temperatura que maneja. Esto puede deberse a un extremo frío o calor o situaciones estresantes que generan agitación y un desbalance en la circulación. El cuerpo siempre va a tener a mantener su temperatura corporal adecuada: la de 36,5 a 37,2°C.
Algo muy importante a tener en cuenta es que con la transpiración no sólo se pierde agua a través de los poros, sino que además se elimina aceite, piel muerta y bacteria, lo que puede generar una obstrucción involuntaria de los poros. Las temperaturas elevadas provocan que la sudoración también esté cargada de vitaminas y minerales esenciales.
¿Cuáles son los efectos del sudor sobre la piel?
Cuando uno ejercita es fundamental la transpiración para poder mantener el ritmo y no dañar la musculatura. La hidratación se pone en juego y se disminuyen los niveles de nutrientes como el sodio, potasio y calcio a través del sudor.
Si no son rápidamente recuperados, esto puede traer consecuencias negativas sobre el organismo durante o luego de la actividad física. Es por ello que es necesario recomponer lo perdido mediante una buena alimentación, tal como pescado, banana, espinaca y huevos. Y, por supuesto, tomar mucha agua mineral.
El sudor también puede ocasionar “Malassezia folliculitis”, una forma de acné ocasionada por el contacto de la transpiración con la piel, sumado a un exceso de calor y humedad. Se trata de pequeños granitos de color rojo que suelen picar y aparecen en zonas como el pecho, la espalda superior, contorno de cara, frente y mentón. Para prevenir esta situación es fundamental la higiene y bañarse luego de ejercitar, cambiar la vestimenta y reemplazar inmediatamente la sucia y remover el maquillaje antes de dormir.