Estos factores repercuten fuertemente en la firmeza, elasticidad y aspecto de la dermis. Repasemos sus consecuencias y cómo hacer para resguardarnos de ellas.
Día a día nos enfrentamos a situaciones que nos generan estrés, también nos exponemos a los rayos solares y a contraer suciedad que se impregna en los poros. Puede que vivamos inmersas en nuestras ocupaciones y olvidemos que estos factores actúan sobre nuestra piel, pero no debemos pasarlos por alto y encontrar una solución para cada uno así evitamos que se hagan notar sobre nuestro rostro.
La importancia de hábitos saludables
Cuando sufrimos estrés, también propiciamos momentos de ansiedad, y esto genera una mayor producción de histamina, adrenalina y cortisol en nuestro cuerpo debilitando nuestro sistema inmunológico y propiciando la aparición de acné, enfermedades como urticarias, y propiciando que el colágeno y la elastina se descompongan a un ritmo mucho mayor, dándole lugar a la aparición de arrugas y líneas de expresión. Para que esto no suceda, debemos comenzar a medir nuestros esfuerzos y establecer cuáles son nuestras prioridades. Sin dudas, una de ellas es cuidar de nuestra salud y por lo tanto establecer límites y hábitos que nos proporcionen mayor bienestar como, por ejemplo, hacer pausas durante la jornada laboral, mantener horarios adecuados, balancear vida personal y profesional, y restarle importancia a aquellas cosas que no son indispensables.
El cuidado frente a los rayos solares
Salir a la calle, o incluso al balcón a tomar un poco de sol, sin protección no es lo correcto, ya que las radiaciones ultravioletas son quienes pueden acelerar aún más el envejecimiento. El factor 50+ es el más recomendado para el rostro debido a que la piel en esta zona de nuestro cuerpo es la que más se expone, e incluso es la más propensa a sufrir otras amenazas externas que pueden debilitarla. Hay muchos productos de maquillaje que contienen protección solar y que pueden ser incluidos fácilmente en la rutina diaria para reforzar la barrera cutánea.
La limpieza e hidratación diaria como pilares
Además de estos cuidados frente al estrés y los rayos solares, también es necesario que evitemos los efectos de la suciedad que se acumula en el transcurso del día. Lo ideal es irse a dormir luego de una adecuada limpieza e hidratación, para facilitar la regeneración de las células durante la noche. Si deseamos que las imperfecciones, las marcas, y las líneas de expresión no tomen un lugar preponderante, es necesario que nos tomemos un tiempo y quitemos todo resto de maquillaje, limpiemos los poros en profundidad y saquemos la polución que se acumula luego de cada jornada. ¿Cómo hacerlo? En el mercado, existen diversos productos como las aguas micelares que funcionan como un comodín para todo tipo de piel, asimismo, hay ampollas, serums y cremas específicas para cada necesidad que son indispensables en este punto para evitar que la contaminación genere estas consecuencias indeseadas.El cuidado de nuestra piel es indispensable para lucirla más joven, radiante, iluminada, suave e hidratada. Lo primordial es que pongamos por delante primero nuestra salud y luego afrontemos las responsabilidades del día.