Esta condición impacta directamente en la salud de tu piel, generando imperfecciones de todo tipo. Aprende más sobre el estrés oxidativo en esta nota.
¿Qué es y qué lo produce?
El estrés oxidativo vinculado a los factores ambientales a los que está sometido nuestro cutis, desde la polución hasta el humo de cigarrillo o la falta de descanso. Es un proceso biológico que compromete la composición celular y provoca su deterioro prematuro. Acelera visiblemente los signos de envejecimiento y hace lucir a la piel sin brillo y de apariencia frágil.
La polución y los rayos UV, combinados junto los efectos nocivos del estrés, son los máximos responsables de este problema.
Consultamos a expertos del tema para que nos expliquen cómo se produce exactamente y nos respondieron lo siguiente: “Las partículas que se encuentran en el ambiente bajo polución y los rayos UV hacen que la piel se vea obligada a responder frente a estas amenazas. Es así como se produce el estrés oxidativo, que afecta directamente al ADN y desmejora la piel provocando inflamación, enrojecimiento y una mayor sensibilidad.”
¿Cómo afecta a mi piel?
Como ya explicamos, la dermis responde frente a amenazas externas y se debilita, provocando la acentuación de líneas de expresión y arrugas. Esto hace que se pierda firmeza y elasticidad y que la piel sea más proclive a presentar imperfecciones y decoloración en su superficie.
Las áreas que suelen verse más afectadas por el estrés oxidativo son el rostro, el cuello y las manos.
Si bien no puedes frenar este problema inevitable, si puedes alentar la rapidez con la que se produce y proteger tu piel de las amenazas con las que vive diariamente.